Asco de vida

Antes de que alguien se preocupe y piense que voy a cortarme las venas o algo, el título viene por una página llamada así: asco de vida. En ella, la gente sube pequeñas historias sobre cosas que supuestamente les ocurren (hay demasiada ficción) y la gente opina.

Cuando sale una de escritores, me parto de risa, porque normalmente son MUY fakes. Las que más llaman la atención y compartí, fue uno que aseguró que los jueces de un concurso le descalificaron porque parecía profesional, que encima necesitaba el premio de concurso para comer; la otra fue que tras escribir un relato de amor lésbico muy bonito, según sus palabras (ojo, hablo de amor lésbico, no yuri), pues ha acabado ligando con dos tías y el novio la quiere dejar.

Te ríes, pero creo que la gente realmente se lo cree. Lo cual me ha llevado a comentar como es MI vida como escritora (que se diferenciará poco o enormemente según el autor, no creáis).

Mi vida como escritora no es glamourosa: no tengo a los fans detrás, no consigo ganar pasta (a secas) y solo curro como una gilipollas. Escribo relatos, corrijo cantidad, hay que rescribir relatos y novelas, hay que armarse de paciencia cuando algo no sale… son muchísimas horas a la semana, al día, al año, al lo que sea para poder sacar una historia adelante. Una historia, no he hablado todavía de publicar.

Publicar no es fácil, es como hacer de testigo de Jehová en un barrio de ateos recalcitrantes: eres el único creyente de lo que se trae entre manos. Vale, otros testigos creen contigo, pero los que “importan”, ese barrio de ateos, evitará abrir la puerta y muchas más triquiñuelas para esquivarte. Solo si empiezas a convencer a unos pocos en lo que crees, poco a poco harás efecto de llamada. Pero es un barrio grande y necesitas mucho tiempo, además, muchas veces te irán exigiendo que cambies cosas de tu religión para captar a más personas. Así que tienes la opción de mantener tu religión exactamente igual o cambiar y adaptarte. Ninguna opción es mejor que otra, solo es lo que escoges.

Puede que el símil de la religión sea raro, pero se acerca mucho al sentimiento del escritor con una obra.

¿Es un asco de vida? Oye, si lo miramos solo por lo malo, lo es enormemente. Vamos, ¿quién en su sano juicio escogería ser escritor? La respuesta es fácil: los escritores.

Sí, es un asco, es mucho trabajo sin casi retribución. Hay que moverse mucho, no se aprecian casi anda los relatos, tienes que pasarte horas puliendo hasta que ya no puedes ni con tu alma ni la migraña… pero ya solo por la satisfacción de conseguirlo, todo merece la pena. Acabar una novela es una sensación demasiado buena, demasiado adictiva, una vez que la pruebas ya no quieres nada más. Cuando alguien te lee y asegura que le gusta, solo gustar, ya te sientes en una nube. Cuando te comenta lo bueno, lo malo y lo que le hizo sentir, tú ya estás por Plutón más o menos.

Son muchas las veces que te desesperas, que deseas tirar la toalla, pero es ponerse a aporrear el teclado y los males se pasan. A veces te da rabia que te cueste tanto conseguir las cosas y parezca que a los demás es el triple de fácil (cosa que normalmente no es así, pero los escritores somos unos ególatras). Pero cuando algo sale, pro pequeño que sea, ya somos felices.

Así que, esta tarde haré un relato y seguiré con Acuarelas. Porque una será adicta a la escritura, pero cuando no se puede dar más de sí, mejor no forzar la máquina ^_^