Y aquí tenemos el tercer experimento del taller literario, que esta vez combiné la imagen y la canción. ¿El problema? Seguiré sin poder corregir mucho, dado que ahora me toca ponerme con trabajo acumulado tras estar con "el Reino Eterno" (tres relatos como poco y una nueva ampliación de novela). No, si lo que es descansar, este no va a ser ese verano :P
Edith observó al grupito de niñas que había entrado en el lujoso
apartamento con cansancio. Ellas, en cambio, se giraron a la mujer ya madura y
le dedicaron una mirada de seguridad y maliciosa.
—Ella es Edith, es la más antigua amiga de Derek y una dulce abuelita
para todos —la presentó Shanon a las otras muchachas, que no dudaron en
endurecer sus expresiones—. Derek la mantiene porque la adora como la madre que
nunca tuvo.
La mujer alzó las cejas y se acercó a la ventana del loft. Se apoyó
con suavidad y no pudo evitar mirar las arruguitas de su rostro. Se sonrió,
realmente no le disgustaban, pero cada vez eran más y no por la edad, Derek se
había asegurado de que no tuviera que sufrir las inclemencias del tiempo. Sin
embargo… se sentía tan cansada de fingir y dar apariencia de ser una amante
más, que le agotaba.
La habitación rugió de emoción al ver al anfitrión entrar tan joven y
hermoso como siempre. Comenzaron los cuchicheos sobre sí era solo un mago o un
perverso demonio, mientras las jovencitas se lanzaban por él como lobas en
celo. No era para menos: el pelo y los ojos oscuros, así como la piel tostada,
daban una sensación de misterio, que se acrecentaba con los rasgos varoniles y
el cuerpo escultural. Y cuando sonreía de verdad y no con esa falsa mueca, el
mundo se volvía brillante para Edith. Miró su zumo de naranja e ignoró que esa
copia de su marido comenzara a manosear a las muchachas.
—¿No preferiría algo más fuerte, dama Edith? —preguntó n jovencito de
rostro angelical a su lado—. Algo que le haga disfrutar de la fiesta como es
debido.
Al ver su sonrisa, supo que era la identidad que había adoptado Derek
para estar con ella como realmente deseaba. En el mundo oscuro y mágico de
nueva York, todos necesitaban aparentar y seguir con sus juegos.
—No me apetece disfrutar de la fiesta, sinceramente —.reconoció
enfadada. No había tenido tiempo a hablar con Derek como realmente deseaba—.
Creo que no estoy de humor tampoco para jueguecitos.
—Qué curioso, siempre había escuchado que estabas con ganas de
pasártelo bien —prosiguió su marido, tratando de continuar el juego, mientras
que con sus ojos preguntaba qué ocurría.
--Edith, querida —saludó Morgana, una de las habituales y de las pocas
que podía considerar una amiga—. Preciosa, ¿qué haces que no has dejado ya al
botarate de Derek y te vienes conmigo? Si fueras mi seguidora, jamás dejaría
que cualquier niño se te acercarse.
Siempre se le insinuaba, pero al ver su expresión preocupada, miró a
su marido fingiendo ser otra persona y aquel antro de falsedad. Nadie se
preocupaba abiertamente por los otros, jamás se mostraba lo que había tras las
máscaras y se fingía un desenfreno y amoralidad que solo era verdad en los
humanos. Morgana fingía ser una vampiresa sin escrúpulos y que solo vivía
llevada por el éxtasis del sexo mezclado con la sangre de muchachas jovencitas,
cuando ella llevaba siglos con la misma pareja y prefería ver las reposiciones
de “Falcon Crest”, en vez de presentarse en esas estúpidas fiestas; Derek era
fanático de los museos y de la buena lectura… y si seguía señalando a aquellos
a los que había llegado a conocer y apreciar en sus casi cien años de existencia,
tendría una fachada decadente en contra de la persona que se escondía tras
ella. Los más cercanos sabían la verdad tras las mentiras, siendo capaces de
cubrirse unos a otros, pero siempre sin que se notase.
—Esto es una casa de locos —se quejó ella a punto de echarse a llorar.
No debía quebrar la máscara o alguna de las niñas lo usaría en su contra.
—Edith, me preocupas, si lo deseas… —comentó Morgana, acercándose a
ella y fingiendo que trataba de seducirla—. ¿Qué te ocurre? Sabes que Derek
debe hacer estos actos o sus enemigos.
—Pues que se quede con sus enemigos, yo ya no puedo más —se quejó ella
zafándose tanto de su falso ligue como de la vampiresa.
Se encerró en su cuarto y se echó a llorar como una niña, acariciando
su vientre. Le era prácticamente imposible decirle a su marido que estaba
embarazada, que aunque sabían que ella era estéril, se había producido el
milagro. No podía porque la acabarían atacando y matando, porque usarían a su
criatura para llegar al padre y ella ya no podía fingir más. Porque esos juegos
eran divertidos durante un tiempo, ahora solo causaban tanto dolor como para
sentir su corazón quebrarse irremediablemente un poco más. A veces era tal su
sufrimiento, que a cada latido se expandía, cortando sus venas y arterias por
dentro.
Se metió en la ducha, deseando no volver a salir en años, mientras las
paredes retumbaban delicadamente por la música estruendosa. Acariciándose el
vientre y preguntándose qué hacer, llegando siempre a la misma solución: o
abortaba y seguía con aquella farsa o tendría que abandonar a Derek de una vez.
Volvió a su cuarto y encima de la cama se encontró una manzana de oro.
Deseó salir fuera y tirársela a Derek a la cabeza, pero era incapaz de no
enternecerse con ese gesto. Edith le vendió su alma a su marido para librarse
de su primer esposo: un cabrón que no dudaba en golpearla todas las noches,
provocando más de un aborto y dejándola estéril. En aquellos tiempos, solía
usar esas piezas de fruta para comunicarse con sus clientes. Siete deseos por
su alma y un mordisco a la manzana para conseguirlos. Casi era capaz de
recordar lo mucho que le costó acabársela deseando descubrir si él podía quererla
más allá del contrato. Dijo que lo rompería si accedía a pasar la eternidad a
su lado.
No pudo evitar morderla, de la misma forma que tampoco pudo evitar
ahogarse y caer al suelo inconsciente.
***
Derek decidió no cambiar de aspecto mientras Morgana le daba una
charla sobre cómo cuidar a sus amantes mortales:
—Sabes que este estilo de vida es agotador para ellos. Necesitan mucha
seguridad —recitaba lo que ambos se sabían muy bien de memoria.
Lo cierto era que tenía que darle la razón a su mujer: aquello era una
maldita casa llena de locos. Seres mortales que trataban de arañar unos
instantes de poder vendiendo sus míseras almas. Cerró los ojos, se aisló del
mundo y recordó cuando conoció a Edith. Un club clandestino de los años veinte
donde ella cantaba con una voz rota y amarga, pero tan maravillosa y llena de
posibilidades… capaz de mostrar un alma mucho más hermosa de lo que recordaba
haber visto nunca. Ese mamón golpeándola, pero ella apareciendo cada noche ante
su público y el humo de los cigarrillos con los restos de su corazón
amontonados de tal forma, que pareciera que seguían de una pieza.
Aceptó no tener descendencia por estar a su lado, que su vida
cambiara, pero no que pudieran ver que ella era demasiado importante. A veces
deseaba quemar la casa, fingir su muerte y desaparecer para siempre.
Morgana se había marchado a hablar con Edith, pero cuando escuchó su
gritó, se levantó llegando al mismo tiempo que aquella estúpida copia que había
creado. El mundo se detuvo cuando vio a su mujer en el suelo, protegiéndose el
vientre con las manos… muerta. Dentro podía escuchar un alma debatiéndose por
existir, aguantando aunque el cuerpo de su madre solo fuera una tumba de carne.
Era aquella pequeña criatura por lo que ella estaba así, por quien ya no podía
seguir fingiendo.
Escuchó a un grupo de niñas riéndose con crueldad, diciendo que era
mejor eliminar las molestias y no pensó. No recordaba que estaba con su
disfraz, dispuesto a seducir a Edith.
Pero sonrió cuando les arrancó la juventud de su cuerpo, introduciendo su alma
y robándoles la vida. Cuando ante él quedó un grupo de cinco ancianas y
alrededor, un montón de extraños que huyeron despavoridos al ver la verdadera
naturaleza de su parte demoníaca. En cambio, Morgana permaneció, preguntándole
qué iba a hacer:
—Lo que debí hacer años atrás —dijo soltando la esencia de aquellas
brujas encima de su mujer, escuchando como la vida volvía a su maltrecho cuerpo—.
Quemar mi vida.
***
Morgana Kraus huyó de la casa de su amigo Derek Hoffman años atrás,
cuando este se dejó llevar por el dolor de la pérdida de su mascota favorita.
El edificio fue completamente consumido y del demonio nunca más se supo. Todos
pensaros que había muerto.
Diez años y seguía preparándose para las mismas fiestas, mientras
Clara Kraus se preparaba la cena y canturreaba algo que solo ella entendía. Se
miró al espejo, deslumbrada ante su preciosa imagen, pero no fue nada al ver a
su mujer, con un rostro envejecido, pero feliz, entrando para darle un paquete.
—Ha llegado hoy, no tiene remitente —le comentó con una sonrisa—. ¿Seguro
que no quieres que te saque una bolsa de A positivo?
Clara se fue sin esperar respuesta, mientras, Morgana abrió el paquete
y miró las fotos que había en ella: una pareja sonriendo sosteniendo a una niña
pequeña y preciosa, que no dejaba de iluminar con su gesto a la cámara. En las fotografías
se podía ver cómo crecía, convirtiéndose de un bebé precioso a una niña feliz completamente parecida a su
madre antes de que Derek le cambiara la cara. Porque solo con mirar a los ojos
de esas personas, supo que la historia había tenido un final mucho mejor de lo
que había esperado.
La vampiresa se miró al espejo: su imagen, antes hermosa, ahora era
vacía y borrosa. Volvió a mirar las fotografías y supo que tenía que hacer su
vida arder. Ya renacerían en otro lugar y volverían a ser felices lejos de la
falsedad del mundo mágico.
Me gusta como escribes pero tía tus relatos tienden a ser muy largos y en este caso me he perdido. La historia me lía, no le he conseguido coger el punto que me lleve a la adicción.
ResponderEliminar¿Tres páginas es largo? Si es así, poco más puedo hacer para engancharte ^_^. Pues nada, muchas gracias por tus palabras y ya nos leemos en otra ocasión. Xa-LFDM
EliminarLOOOOOOOOOOL. Tiene un aire "Cazadores de Sombras" que me ha encantado *o*.
ResponderEliminarMe gusta como describes, consigues que me lo imagine y me meta de lleno. ¡Este relato es prueba de ello! Me ha encantado. ÑA.
Se me ocurrió con al escena con el Magnus Bane, que realmente no es tan Magnus ni tan bane XD (y pensé en hacer porno escena, pero al final me dije que naaaa, así ya iba). Pues nada, me alegro de que te gustase :P y ya nos leemos en otro relato ^_^ (o no, que me temo que cada vez ando más justa de tiempo XD). Xa-LFDM
EliminarMe gusta el aire gótico y "gore", aunque sí le sigue haciendo falta edición, sobre todo en estructura de párrafos, que creo que es lo que hace que se pierda un poco, especialmente en el clímax. Espero que pronto tengas algo de tiempo para pulir un poco tus relatos, porque se ve que te has tomado la molestia de empaparte del saber hacer. Saludos.
ResponderEliminarPues me temo que por ahora imposible (editar), si ya me estoy planteando el dejar el taller porque tengo 3 antologías obligadas y corregir dos novelas :s. ¿Gore? ¿En serio te parece gore? tengo relatos más gores :P. Muchas gracias por tus palabras y nos leemos ^_^. Xa-LFDM
EliminarUn poco de gore, se ve que es parte de tu "toque". No deberías dejarlo, creo que algun@s deberían probar los microrrelatos, porque veo que a varios nos está costando trabajo ceñirnos a reducir texto. Nos seguimos leyendo.
EliminarTengo micros, pero solo se me han ocurrido ideas largas (o medias, no veo tan largo este relato :P); y asesinar y ser cruel con los personajes no es gore!!! Es... la vida misma ):D. Pero no sé, como no ponían límite ni nada, pues yo me pongo con esas ideas a todo trapo :P. Nos leemos, neckri ^_^. XA-LFDM
EliminarMe he perdido un poco en algunas partes (luego me he centrado más) me ha gustado bastante la ambientación que creas.
ResponderEliminarSaluds^^
ME alegro de que te gustase la ambientación :P, revisaré todo, para mejorarlo :P. Venga, besis y gracias ^_^. Xa-LFDM
EliminarMe gusta mucho el relato!! Hubo una parte en la que me confundí un poco pero en general me gusto mucho!! Tiene un aireson un poco oscuro y eso me gusto :D
ResponderEliminarSaludos!!!
Hola galletira ^_^, me alegra que te haya gustado :P, a ver si cuando lo corrija lo hago más entedible ^_^. Muchas gracias por tus palabras ^_^. Xa-LFDM
EliminarQuitando unos errorcillos cono una n suelta en los primeros párrafos, el relato está genial.
ResponderEliminarUna historia con ese aire oscuro tan de tu estilo, teñido de ese punto de vista tan humano como representas en el personaje de Derek. Los humanos sobrevaloramos la inmortalidad, y los vampiros también jejeje.
Me ha gustado mucho leerlo y esta vez no me quedo con más curiosidad porque has sabido como darle principio, trama y fin a una historia en un simple relato (¿cuándo aprenderé yo a hacer eso...? bufff) Si se puliese un pelín más la estructura, tal vez añadiendo unos nexos entre las partes un poco más descriptivos o desarrollando un algo más la historia de Edtih, no sería de 10 sino de 11.
Pero bueno, considerando que era una hora de trabajo no puedo hacer más que quitarme el sombrero. Reconozco que también has elegido a mis seres sobrenaturales favoritos (mmmm... sangre) y que esta historia forma parte de mi punto débil jejeje.
Besos :)
Ahora te digo que yo siempre he sido de hombres lobo y no me gustan los vampiros y te caes de culo XD (es que me gsutan que estén vivos y son animales, seguro que son salvajes y esas cosas!!!unomuchosunos!!!111). La historia de edith prefería dejarla muy de pasada, porque lo importante era la historia con Derek y el hecho de su intento de asesinato. Nada, me alegro de que te gustase, me tengo que poner ya con el siguiente, que voy a tener poco tiempo XD (pero tengo que corregir... y sigo sin hacerlo, shame on meee). Muchos besotes y gracias ^_^. Xa-LFDM
Eliminar¡Y por fin llego al tuyo! Me gusta ese ambiente tan decadente así me imagino yo esa clase de reuniones ^^
ResponderEliminarPorque mi blgo es más de todos los públicos, sino, más chicha!! XD. Nada, me alegro de que te haya gustando el ambiente decadentoso :P, ya nos seguiremos leyendo ^_^. Besitossss. Xa-LFDM
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