Algo personal sobre mí

Seguramente a más de uno le haya extrañado el que en una entrada sobre mí, haya comenzado con un enlace de youtube a una canción de un libro de otro autor. ¿Acaso que me vuelto (más) loca? ¿Estoy borracha? No, creo que ya es el momento de que en este blog hable de un punto importante en mi vida, la inflexión que me llevó realmente a escribir y que ya es hora de cerrar. No sé porque no lo he hecho antes, creo que más que por tristeza o temor, es por el hecho de que últimamente he estado más concentrada en cumplir mi sueño por lo perdido que en pensar en honrar lo que se ha ido. Ya lo he hecho de muchos modos, pero creo que es el momento de acabar de hacerlo aquí y dejarlo ir del todo. Hablo de mi padre.

Mi padre murió el seis de este mes, tras seis años de lucha contra el Cáncer. Su primer cáncer fue de colon, estadio cuatro y le dieron dos años de vida, se salió de las expectativas… comenzó así su carrera de salirse de muchas expectativas, pero no de la de los doctores de irnos dando disgustos a todos nosotros sobre su salud.

Puedo deciros que tranquilamente nos lo han enterrado unas tres veces desde entonces. No sin motivos, ojo. Mi padre además del de colon, ha tenido metástasis a los dos pulmones en repetidas ocasiones (de los que le han operado dos y ha tenido numerosas quicios y radios… creedme, para mí se convirtió en una rutina irme antes o después de al facultad a comer con mi madre al hospital) y durante mucho tiempo hubo problemas para localizarle varios focos. Este año (principios de año), tras una neumonía en dos pulmones, por fin localizaron dos de los focos casi de casualidad: cerebro y esternón. Con este pronóstico la cosa no iba muy bien, la verdad es que yo ya me olía que esta vez mi padre no se saldría con la suya, ¿el tiempo? Más de lo que todos creían, ya que llegó a conocer a Victoria, mi séptima sobrina.

No voy a aburriros con detalles, porque no quiero ni entristecer ni usar esto de paño de lágrimas. Muchso problemas ha habido y mucho dolor desde esa ya muy lejana navidad, casi tan lejano queda ese mes de Mayo donde mi padre comenzó a decaer por completo y durante el verano, por culpa de la diabetes perdió por completo su movilidad. No sufrió, se fue tranquilo y creo que al fin puede descansar tras tanto luchar.

Muchas cosas me han quedado de él, desde mis ansias por luchar mis sueños, hasta la pequeña y trémula semilla de escribir. Cuando mi padre enfermó, uno de mis mejores amigos, Sucote, me animó a escribir para distraerme y aunque antes no había servido de mucho ya que no tenía constancia, no sabía que ese camino me iba a llevar hasta aquí ahora.

El escoger esta canción no ha sido algo casual. A mí padre le encantaba la música de piano, recuerdo muchos viajes a la playa donde nos ponía a Richard Cleiderman (o como se escriba ^_^), pero antes de dejar de ponerse en el ordenador, antes, cuanto compartíamos muchas horas de silencio y de charlas, recuerdo entrar en uno de los miles de blogs que visito de forma anónima (mientras lees) y tener el sonido conectado. Esta canción sonaba una y otra vez y aunque mi padre siempre se quejaba de mi música, recuerdo que me preguntó de quién era, que le parecía preciosa. Ahora la escucho y sonrió, ya que es una de las muchas cosas que me quedaran de él; todas pequeñas, insustanciales y seguramente carente de interés para los demás… y para mí, serán pequeños tesoros que irán y vendrán en mi memoria cuando menos me lo espere.