documental

Tras el nous impudicus, el escritorus novelis suspira y empieza a prepararse para salir de caza. Este ritual varía según los genes heredados por sus relatus publicadus y otrus cosus, los hay que simplemente se ponen a mandar mails y otros, como en el caso de el mal, hace el panfilus absolutus, disfrazándose de cazadora de leones de las películas de Tarzan y obligando a sus porteadores, todos tíos buenos y cachas, a ir medio en pelotas por la jungla urbana cargando con sus copias de libros.

El mal se acerca sorpresivamente a una oficina de correo y los oficinistas, siguiendo su instinto, no se inmutan, hasta que una perturbación en el aire al acercarse la tropa les hace vacilar y uno alarga la mano hacia un cartel. Cuando todos empiezan a moverse en manada, corriendo a la salida, el sequito de cazadores ha conseguido entrar y el último que intentaba cerrar la oficina con un cartel: “nos hemos ido a tomar un café” no puede, tiene que quedarse y atenderles. Ha perdido esta batalla, debe quedarse sin deglutir un café y trabajando.

Vale, es completamente ficticio, entre otras cosas porque las oficinas que nunca cierran nunca cierran (lo cumplen, hay que reconocérselo y encima rara vez hay colas, sobre todo si vas al mediodía) y si vas de buen humor los de correos te atienden de buenos modos (y muchos entienden si vas para concursos); y además porque no tengo pasta ni para enviar libros salvo momentos puntuales (normalmente ahorro para septiembre, que es el momento cumbre de los concursos juveniles) y mucho menos para porteadores tío buenorros XD. Pero oye, al menos hay que darle un poco de color al asunto ^_^. Además, siempre me gustaron los tonos de los documentales, así que vamos a decir chorradas.

Bueno, como me figuraba, loto ha fracasado en su etapa concursil, pero no hay que desfallecer, dolmen ha sido la primera editorial que electrónicamente ha recibido en la cabeza esta mininovela y no será la última (ahora bien, no tengo ni idea a cuales más mandarla, porque vuelvo a caer en lo mismo que espejo: mezclo amor, sexo, terror y gore… ¿quién me manda hacer mezclas raras tipo miel y sobrasada?). De todas he pensado no mandarla a muchas, porque siendo universitaria y en Sevilla dándome un concurso para universitarios tan jugoson de novelas cortas, pues estoy temiendo que si las mando a muchas, luego no pueda enviarla a este sitio. Además, ¿Sabéis esta sensación de: esta es otra de las muchas novelas que en cuanto publique será las que les editoriales dirán venga… te la publicamos que ya sabemos que tienes público? Pues eso. Realmente, el día que consiga ser publicada voy a ponerme a hacer campaña vírica y a pringar como una tonta, con tal de que se me conozca aunque sea con campañas absurdas y víricas (Ey, lo de gastarme pasta en primeros capítulos y abandonarlos en diferentes puntos de Atocha, Sol y demás me sigue encantando (para los que no conocen Madrid, lo que he dicho son estaciones de metro y/o cercanías, es decir, de trenes muy concurridas)), me da igual, nunca se sabe por donde puede llegar el reconocimiento.